¿Por qué le tenemos “Fe” a determinadas cosas?
Los test y las entrevistas
Siempre me ha resultado curioso observar como algunas profesionales de recursos humanos (supongo que pasa en todos los sectores) muestran una “fe” especial con respecto a determinadas pruebas de evaluación, mientras que muestran dudas con respecto a otras.
Una de las que me resultan más curiosas es la devoción de muchas personas por la entrevista personal. Que, en muchas ocasiones, va acompañada por la frase “yo no creo en los tests”.
¿Creer? Bueno, no creo que se trate de creer. No es una religión. Son herramientas, y hay unas evidencias que nos dicen si funcionan mejor o peor, y en qué contextos. Evidencias, no creencias. Es como si alguien me dijera que no cree en una cuchara, pero sí en un tenedor.
“Los tests se equivocan” se suele utilizar entonces como argumento. ¿Y las entrevistas no? Conozco a varias empresas que no utilizan tests en sus procesos de evaluación, y me consta que sus procesos no son infalibles, ni mucho menos.
Puede que lo que voy a decir suene radical, pero, si tengo que elegir sólo una herramienta, tengo claro que prefiero un test (¡bien diseñado!) que una entrevista. ¿Por qué? Porque el test lleva un trabajo de investigación y experimentación detrás que la entrevista no lleva, por lo que, de una forma objetiva, sabe mejor lo que mide y lo que no.
Una entrevista tiene en gran medida, un carácter intuitivo y subjetivo. ¿Por qué sé que las preguntas que hago son representativas de una u otra competencia? ¿Qué datos tengo, aparte de mi propia experiencia e intuición? Y, más importante, por mucho que protocolice la entrevista, ésta es subjetiva, porque es realizada por un sujeto. Y cada sujeto pregunta de un modo, entiende de un modo y valora de un modo. Es inevitable.
Un test se equivoca, sí, pero es una medida objetiva. Sé que me equivoco con todos igual. Si es duro, es duro, si es blando, blando. Si tengo 5 entrevistadores, sé que me estoy equivocando, pero de 5 formas diferentes. La fiabilidad interjueces es un problema muy difícil de resolver en una entrevista.
Piense una cosa: TODAS las pruebas de evaluación se equivocan. Por eso, la opción más inteligente es combinarlas, porque aquí está su fuerza, especialmente en el caso de los tests y la entrevista. Unidos son tremendamente fuertes, uno aporta la objetividad, la otra la profundidad.
Y, desde luego, no se trata de tener “fe”. Uno puede sentirse más cómodo con un tipo de prueba o con otra, pero no se trata de eso. Guardemos la “fe” para otro tipo de asuntos.