Más allá de la teoría: lo simple del enfoque conductual, base de los modelos por competencias
El modelo de competencias está teniendo un auge importante en las empresas durante los últimos años, una de las razones de este auge se debe a que un enfoque por competencias es eminentemente práctico y conductual, lo que lo hace altamente operativo y centrado directamente en los resultados del negocio a nivel de las personas.
Partiendo de que toda organización se estructura en torno a ciertos propósitos, las decisiones que la conforman deben poseer un sentido claro y específico de acuerdo a tal finalidad. Dicho sentido definirá criterios de validación que determinarán qué tipo de decisiones son aceptables y cuáles no, dentro del contexto organizacional.
Cada organización definirá su propio criterio de validación, traduciéndose en una declaración de visión, misión, valores, normas y procedimientos particulares para cada una de ellas.
El hecho de que una organización decida estructurarse en torno a ciertos criterios de validación específicos es una situación que podemos denominar «contingente», dado que perfectamente los criterios escogidos podrían haber sido otros cualquiera. No obstante, el efecto final será siempre el mismo: las personas deberán ajustar sus decisiones y comportamientos de acuerdo a los criterios establecidos si desean formar parte de la organización.
Por otro lado, las personas poseen características que les son propias y que determinan su capacidad para actuar los comportamientos adecuados a los criterios de sentido y propósito de la organización. Esta también es una situación «contingente», ya que sus comportamientos también podrían ser otros. Lo relevante es que la organización deberá considerar esta «contingencia» a la hora de definir exigencias realistas, atraer y mantener a las personas y generar condiciones de ejecución, formación y desarrollo de los comportamientos adecuados para el cumplimiento de sus fines (Rodríguez, 1992).
Debe haber sincronía entre los desempeños requeridos por la empresa y los desempeños conductuales reales de las personas. Si no hay alineamiento entre el sentido de la organización y las conductas laborales de las personas, se dificulta el logro de las metas y la viabilidad de largo plazo (Flannery, Hofrichter & Platten, 1997).Las exigencias del entorno al día de hoy son cada vez mayores, por el surgimiento de fenómenos difíciles de asimilar por una estructura tradicional. La globalización económica, la apertura de mercados, la incorporación masiva de tecnología, el surgimiento de nuevas formas de organización del trabajo.
El enfoque conductual como respuesta natural al alineamiento de las conductas de los contribuidores con el éxito organizacional
Dado que las organizaciones se mueven en un contexto que las obliga a ajustar sus metas y objetivos en forma permanente, complejizando el alineamiento estratégico entre desempeños y metas, se hace necesario pasar de un modelo estático con énfasis en aspectos descriptivos generales de los cargos, hacia un modelo dinámico con énfasis en las conductas específicas que dan cuenta del cumplimiento de las responsabilidades del cargo y que son las que se requieren para el éxito del negocio (Spencer & Spencer, 1993).En este sentido, la «antigüedad» no asegura ni es predictor de un desempeño alineado y competente.
Los sistemas de control que permiten demostrar la existencia de los comportamientos adecuados, deben estar basados en las observaciones de conductas concretas más que en criterios generales de apreciación global. De lo contrario se corre el riesgo de caer en problemas de validez y confiabilidad. De hecho, las tradicionales evaluaciones de desempeño están masivamente desprestigiadas por su subjetividad. En otras palabras, los evaluadores hacen juicios globales basados en factores generales y comunes, más que diseñar instrumentos que detallen las conductas exitosas específicas requeridas por la empresa. El rol del evaluador ya no debe ser juzgar el desempeño sino identificar la presencia o ausencia objetiva de esas conductas.
Esto lleva a enfatizar la importancia del enfoque conductual como estrategia para enfrentar los desafíos de las organizaciones en la actualidad. Dicho enfoque permite focalizar los esfuerzos en la identificación de cuáles son los mejores comportamientos para el éxito del negocio, más que en medir y controlar el funcionamiento diario de las tareas.
Advertencia: Si es difícil y complejo no es un modelo conductual. Los modelos conductuales se caracterizan por detallar de manera simple y observable los comportamientos que impactarán directamente en el propósito de las organizaciones.