El reto de disminuir los márgenes de error en los procesos de evaluación
A menudo mantenemos una exigencia muy alta con respecto a las metodologías de evaluación de personas, sean test online, entrevistas o assessment presencial. Parece que deben medir a la perfección y predecir el futuro sin margen de error.
La mala noticia es que ésto no es realista. Evaluar y predecir implica un margen de error.
Un ejemplo tomado de algo omnipresente en las vidas de gran parte de la población mundial: el fútbol.
No existe nadie más evaluado que un jugador de fútbol. Cada día realiza su trabajo a la vista de todo el mundo. Tenemos a nuestra disposición vídeos desde que el muchacho jugaba cuando niño, así como toneladas de estadísticas. Tenemos prácticamente todos los datos.
Y aún así, te equivocas. Todos los años hay un elevado porcentaje de fichajes “fallidos”, de jugadores que no encajan en sus equipos, o que están muy lejos del rendimiento esperado. Si esto es así con tanta información, ¿cómo esperar otra cosa cuando lo único que tenemos en ocasiones es una entrevista de una hora, o los resultados de un cuestionario?
La posibilidad del error está inherente a cualquier actividad. Un ejemplo televisivo: el doctor House siempre da tres o cuatro diagnósticos erróneos antes de acertar. Por supuesto, es televisión, pero refleja una realidad: el médico no es ni mucho menos infalible al diagnosticar, aunque se base en una ciencia con siglos de historia y en una tecnología en constante desarrollo.
Aceptar que hay un margen de error no significa que tengamos que resignarnos, sólo significa que tenemos que ser lo más rigurosos posible a la hora de evaluar, porque es la única manera de reducir ese margen de error. Y, para nosotros, la clave para reducirlo está en usar procesos sistemáticos y metodológicos que aseguren criterios homogéneos. ¿Lo que quiero medir es CONCRETO? ¿Lo que quiero medir está relacionado directamente con el DESEMPEÑO? Utilizo una herramienta que realmente mide mis conductas críticas para el éxito? Qué tipo de acciones tomo con los resultados?
Hacer del reto de evaluar un proceso sistemático nos ayuda a reducir el margen de error que trae consigo cualquier proceso evaluativo, usando criterios homogéneos y herramientas validadas y adecuadas a lo que estamos buscando y así lograr tener un mayor grado de predicción.
Y acepte que, aún así, se puede equivocar. No obstante ese margen de equivocación mientras más sistematizado se tenga el proceso disminuirá considerablemente.